miércoles, 12 de enero de 2011

17 - Lovely bread.

Samantha Sydney era una chica normal. Como tu, como yo. Pasaba desapercibida entre la gente, no destacaba entre el gentío. Pasó muchos años de su vida y parte de la adolescencia a la sombra de todos; no era popular, ni buscaba llamar la atención... normalmente. Hasta que llegó ÉL. Derrumbo todos los esquemas de su vida, destruyó su mundo de hadas en tan solo una mirada. Porque una cosa que si era Samantha era soñadora. Podía pasarse horas y horas leyendo, sentada debajo de su pequeño cerezo, escuchando el canto de los insectos. Le gustaban las fotos sencillas, para mucha gente insignificantes. Y los helados de limón.
Tenía una vida tranquila, normal, sin grandes emociones. Podía contar a sus amigos con los dedos de una mano y tenia buena relación con sus padres. Reía, y mucho. Aunque también tenia momentos de bajón, sola, en su habitación. Como muchas chicas.




Pero ÉL giró su mundo. ÉL se convirtió en el epicentro de su vida, que se transformó en un terremoto. Se conocieron en plena ciudad de Sitges, en la costa catalana, hace unos veranos. Sam tenia hambre y al pasar, el irresistible olor del pan, y esos bollitos con nueces la seducieron. Los bollitos de nueces que ÉL vendía. 

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